Costa Rica vs. Estados Unidos, crónica de un robo de la FIFA

Acabamos de ser ser testigos de uno de los robos más absurdos de la historia del fútbol en CONCACAF.

Imagenes del partido
15 centrímetros de nieve, y Joel, el árbitro salvadoreño, dice que siga el partido.

Nunca antes visto en la historia del fútbol, se juega un partido en condiciones anti-deportivas y hasta peligrosas. Faitelson, bien indica que esto se debe a la mafia que existe en CONCACAF.

Como costarricense, me siento decepcionado de la FIFA, de CONCACAF, de la Selección Nacional que salió a la cancha, en vez de exigir que se pospusiera el partido, y peor aún, decepcionado de la organización estadounidense, que contra toda norma de fair play, calendariza un partido en una ciudad que desde hace dos meses tenía diagnosticada una tormenta de nieve.

Las patadas, resbalones y malas jugadas agregaron ridiculez a un partido que nunca se debió dar.

Esperamos quejas potentes y efectivas de parte de la FEDEFUT (organización que administra el fútbol en Costa Rica) en contra de la FIFA y sus prácticas anti-deportivas.

El “fair-play” existe, y se lo deberían aplicar a Estados Unidos también.

Un partido para el olvido, una vergüenza para el fútbol internacional.

Robo es poco, esto fue una indecencia, una maldad fríamente planificada y ejecutada a la perfección en detrimento no de la selección de fútbol de Costa Rica, sino en detrimento del mismo fútbol.

1 a 0 quedó el partido, pero el mismo no lo perdió CR, lo perdió el fair play, lo perdió la credibilidad de la FIFA, lo perdió el buen nombre del fútbol organizado estadounidense. A un año de efectuarse el próximo mundial de fútbol, espero que esta sea la última vez que nos juegan así de sucio. Hoy fue Costa Rica la perjudicada, mañana podría ser México, Honduras, Panamá, o cualquier otro equipo.

Decepción, vulgaridad, corrupción, cada vez creo menos en la FIFA.

Fuente: FutbolDeAmerica.com

1 comentario:

  1. una mierda los reglamentos de la fifa y concacaf, no prever en sus reglas una situación similar y el arbitro que vergüenza debería de sentir el infeliz

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